La diabetes tipo 2 es una enfermedad crónica que puede desarrollarse de forma silenciosa, manifestándose a través de una variedad de síntomas que, en ocasiones, pasan desapercibidos. Identificar estas señales a tiempo es clave para un diagnóstico precoz y un tratamiento eficaz.
¿Qué es la diabetes tipo 2?
Esta condición se produce cuando el organismo no produce suficiente insulina o las células no responden de forma adecuada a esta hormona. Como consecuencia, se acumula glucosa en la sangre, lo que con el tiempo puede provocar complicaciones graves como daño en los vasos
sanguíneos, enfermedades cardiovasculares e incluso accidentes cerebrovasculares.
Una señal de advertencia: la cicatrización lenta
Uno de los signos tempranos más relevantes de la diabetes tipo 2 es la dificultad para cicatrizar heridas y cortes. Los niveles elevados de glucosa en sangre pueden dañar los nervios (neuropatía diabética) y deteriorar la circulación sanguínea. Esto impide que una cantidad suficiente de sangre rica en oxígeno llegue a las áreas lesionadas del cuerpo, especialmente en extremidades como los pies.
Como resultado, las heridas pueden permanecer abiertas por periodos prolongados, aumentando el riesgo de infecciones graves y complicaciones como úlceras diabéticas. En los casos más avanzados, una cicatrización deficiente puede derivar en la necesidad de amputaciones si no se recibe atención médica oportuna.
Otros síntomas frecuentes de la diabetes tipo 2:
- Micción frecuente (especialmente durante la noche)
- Sed excesiva
- Fatiga constante
- Pérdida de peso inexplicable
- Picazón genital o infecciones recurrentes por hongos
- Visión borrosa